Ponemos la lupa en... Pablo Gómez Egea
PABLO GÓMEZ EGEA, COCINERO DE NUESTRO COMEDOR
Pablo tiene 43 años y lleva tres trabajando en el comedor del colegio, preparando día tras día la comida que comen alumnos y profesores. No es su primer colegio, aunque sí el primero en el que trabaja con alimentos ecológicos. Estudió en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo y admite que lo suyo es vocacional.
Nos cuenta que los menús los planifica mensualmente el departamento de dietética y nutrición de la empresa para la que trabaja, y luego son supervisados por FUHEM. Vamos a conocer un poco más en detalle cómo es Pablo y cómo es nuestro comedor.
-¿Participas en la elección de algunos platos o ingredientes?
Yo puedo hacer sugerencias, pero siempre de cosas más técnicas, que cuesta más preparar. El cocinero es un mero ejecutor. La Fundación es muy estricta y sabe lo que quiere.
-¿Y qué es lo que quiere?
Que haya un menú equilibrado, lo que supone una menor ingesta de productos de origen animal y los ingredientes sean de producción ecológica.
-¿Cómo han respondido a eso los alumnos?
Aunque ha sido difícil hacerles entender que dos días al mes no hay carne, en gran medida esto lo han aceptado razonablemente bien. Sabemos que hay cosas que no les gustan, como las alubias blancas, pero es que eso les pasa también con el pescado. Muchos niños dicen que si no lo comen en casa, tampoco tienen que comerlo aquí. Yo tengo un hijo de 10 años y si fuera por él, solo comería pizza.
-¿Cuántos días al mes se come así?
Son dos días al mes. Hemos puesto desde pizzas vegetales, lasaña vegetal o fideuá y arroz con verduras. La lasaña ha sido criticada, pero lo cierto es que todo lo que contiene es rico y sano: pisto en el interior, y en la parte de arriba, patata gratinada.
-¿Os supone más trabajo al equipo de cocina tener que preparar alimentos ecológicos?
Sí. Por ejemplo, los sacos de patatas ahora hay que pelarlos, las patatas fritas ya no las usamos congeladas y las lechugas hay que lavarlas muy bien porque vienen con muchos bichos. En el caso de las legumbres, por ejemplo, no hay diferencia. Tampoco en los arroces o las pastas. También utilizamos exclusivamente aceite de oliva virgen extra ecológico y la fruta y la verdura siempre son de temporada. Lo cierto es que cuando trabajas con comida ecológica hay que almacenar muchos productos, y las instalaciones se nos están quedando pequeñas.
-¿Cuál es el plato mejor aceptado por los alumnos?
A nivel general, tienen gustos parecidos: el arroz, la pasta y el cocido lo comen bastante bien. Sin embargo, ten en cuenta que comen 950 personas y es muy difícil que toda la gente salga contenta. Por eso yo siempre animo a que los padres coman aquí alguna vez. Si vinieran más padres, estoy seguro de que muchos cambiarían su percepción de la comida de este colegio.
-¿Sobra mucha comida a diario?
Procuramos que no sea así. Tenemos todo muy controlado y sé que los días de arroz tengo que poner más cantidad, pero los de alubias blancas o garbanzos guisados, menos.
-¿Cuántas personas trabajáis en que cada día los niños tengan su plato de comida a la hora que les corresponde?
Somos dos cocineros y el resto, auxiliares. En total somos 12 personas trabajando en el comedor.